OBJETIVO
Proporcionar a los adultos a través de la motivación, la necesidad de reforzar sus estilos de aprendizaje para poder vivir en sociedad a través de sus rasgos madurativos.
INTRODUCCIÓN
Existen dos grandes motivaciones que mueven a una persona a iniciar un proceso de aprendizaje; uno es aprender para comprender, para explicar, para interpretar una realidad. Es lo que hacen los académicos, los teóricos cuyo objetivo es el desarrollo del conocimiento en sí mismo. En segunda instancia hay quienes aprenden con el objetivo de transformar la realidad; ciertamente, para transformarla, es necesario conocer cómo opera, cómo es esa realidad. Pero el punto de observación de quien aprende por uno u otro motivo es muy distinto. Y para quien intenta profundizar en la naturaleza del proceso de aprendizaje, tener claro cuál es la perspectiva de observación es relevante.
CONTENIDO
Los adultos mantienen diferentes tipos de conversaciones, entienden materiales más complicados y utilizan su mayor experiencia para resolver problemas prácticas.
La alfabetización es un requisito fundamental para la participación no sólo en el lugar de trabajo sino en todas las facetas de una sociedad moderna que es dirigida por la información. Los adultos letrados son aquellos que son capaces de usar información impresa y escrita para funcionar en la sociedad, lograr sus metas y desarrollar su conocimiento y potencial.
Los procesos de aprendizaje en el adulto se dan en tres momentos:
1.- Momento subjetivo: El sujeto se enfrenta a la realidad y elabora una representación de dicha realidad, representación que tiene sentido y significado para él.
Se pone en juego la condición integral del ser humano. Cuando éste se enfrenta a la realidad, no sólo lo hace con la razón, con la lógica; también pone en juego el mundo de sus emociones, sentimientos y valores.
2.- Momento objetivo: La compara con las representaciones de los otros en busca de una validación por consenso.
3.- Momento activo: El sujeto realiza acciones que le permiten verificar por la experiencia la validez o adecuación de esa representación.
Los momentos 2 y 3 (cuyo orden puede variar) Son momentos que implican, necesariamente, una revisión de las prácticas. Una revisión de la relación entre el sujeto y la realidad y entre las personas que conforman un grupo. El nivel de conciencia que el sujeto tiene de este proceso es variable. Unos de los objetivos es hacer conciencia en el educando, al respecto. Pero teniendo presente que será la práctica, la experiencia, la que valida los conocimientos.
Son nuestras práctica individuales y colectivas, las que permiten al sujeto integrar su mundo racional con su mundo emocional y valórico.
Los procesos de enseñanza - aprendizaje no exigen, hoy, superar el hábito de nuestra cultura de subestimar todo lo que se escapa a nuestros procesos puramente intelectuales, superar nuestro afán de avanzar sólo con hipótesis, deducciones y verificaciones, abandonar nuestra adoración por la dialéctica de los conceptos.
Los procesos de aprendizaje en el adulto se dan en tres momentos:
1.- Momento subjetivo: El sujeto se enfrenta a la realidad y elabora una representación de dicha realidad, representación que tiene sentido y significado para él.
Se pone en juego la condición integral del ser humano. Cuando éste se enfrenta a la realidad, no sólo lo hace con la razón, con la lógica; también pone en juego el mundo de sus emociones, sentimientos y valores.
2.- Momento objetivo: La compara con las representaciones de los otros en busca de una validación por consenso.
3.- Momento activo: El sujeto realiza acciones que le permiten verificar por la experiencia la validez o adecuación de esa representación.
Los momentos 2 y 3 (cuyo orden puede variar) Son momentos que implican, necesariamente, una revisión de las prácticas. Una revisión de la relación entre el sujeto y la realidad y entre las personas que conforman un grupo. El nivel de conciencia que el sujeto tiene de este proceso es variable. Unos de los objetivos es hacer conciencia en el educando, al respecto. Pero teniendo presente que será la práctica, la experiencia, la que valida los conocimientos.
Son nuestras práctica individuales y colectivas, las que permiten al sujeto integrar su mundo racional con su mundo emocional y valórico.
Los procesos de enseñanza - aprendizaje no exigen, hoy, superar el hábito de nuestra cultura de subestimar todo lo que se escapa a nuestros procesos puramente intelectuales, superar nuestro afán de avanzar sólo con hipótesis, deducciones y verificaciones, abandonar nuestra adoración por la dialéctica de los conceptos.
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